viernes, 14 de febrero de 2014

RECETA DE AMOR......


Tómese un par de corazones, dos corazones grandes y completos, dos corazones donde quepan la ternura, la cólera, la alegría, el dolor, el error, la pasión más absolutamente desmedida y todo el desconcierto. (Parecerá, a primera vista, que se podría prescindir de algunos de los ingredientes, pero una vez que se pruebe el resultado, se advertirá que no hay  nada superfluo).

Mézclese bien; añádase a los corazones - claro esta- cualquier otra porción decisiva de sus dueños y póngase a hervir en su propia sangre sobre un fuego muy lento. Si los corazones son de primera clase como se recomienda, resultan francamente innecesarias las especias, pero si se desea puede añadirse una pizca de cerveza, una canción o un verso, después de que la sangre esté caliente.


El tiempo de cocción es muy variable, por eso el guiso ha de probarse repetidas veces. Sírvase en raciones grandes pero diseminadas y cómase de manera despaciosa, lujuriosa, reflexiva e intensa. No se requiere pecualiarmente favorables condiciones de ambiente; al revés, este plato exquisito, caprichoso, cuece mejor si arde la llama en dirección opuesta a la del viento. Protéjase, eso sí, de las miradas de la gente. Si sus propósito son otros, sencillamente espere. 

(Autor: Guillermo Rodríguez Rivera)



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