jueves, 5 de marzo de 2015

Chávez, líder incuestionable de América Latina y gran amigo de Cuba

por Roberto Morejón

Entre Cuba y Venezuela existe una hermosa historia de solidaridad y admiración recíprocas que el líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez alentó hasta sus últimos momentos.

A dos años de su intempestivo fallecimiento al cabo de una fiera batalla contra el cáncer, los cubanos recuerdan con emoción al dirigente del país sudamericano, fiel defensor de la continuidad de las ideas del libertador Simón Bolívar.

 
Con dolor se siguió aquí la convalecencia de Chávez, atendido por médicos cubanos durante varios períodos.

En años anteriores, los cubanos habían expresado su orgullo por las múltiples visitas de Chávez a Cuba y sus recorridos por provincias como la surcentral Cienfuegos, para inaugurar una comunidad de petrocasas, de tecnología de su país.

Los encendidos discursos de Chávez eran seguidos aquí con atención al igual que los amistosos y fraternales encuentros que tenía con el líder histórico Fidel Castro.

Es conocido que entre Fidel y Chávez surgió una anticipada hermandad, que descansaba en la admiración mutua, incluso antes de que el venezolano fuera el presidente de aquella nación, tras una victoria en las urnas.
Ambos inspiraron, diseñaron, fortalecieron y protagonizaron iniciativas y pasos encaminados al fortalecimiento de las relaciones entre los dos países.

Desde la firma del Convenio de colaboración integral entre Cuba y Venezuela el 30 de octubre de 2000 se abrieron las puertas para el despliegue de planes tan útiles como las misiones Milagro y Barrio Adentro en el país sudamericano.

Allí se logró alfabetizar a poco menos de dos millones de personas con el método cubano “Yo sí puedo” y decenas de miles recibieron la guía para la práctica deportiva a través de instructores enviados con ese fin.

La firma de ese acuerdo visionario entre los dos gobiernos tiene una grandeza inmensa no solo por la obra material que se ha concretado, sino, sobre todo, por la de orden espiritual.

La confluencia de visiones contribuyó a que Chávez encontrara en Fidel Castro un apoyo determinante para el surgimiento del ALBA, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.

Hoy la Revolución Bolivariana, creación de Chávez, vuelve a estar en peligro por las conspiraciones, sabotajes, guarimbas y otros delirios de una parte de la oposición derechista, apoyada desde el exterior, que nunca se resignó a admitir la constitucionalidad.
La luz que irradia Chávez guiará a los venezolanos dignos que desean la paz, la concordia, el debate civilizado de ideas y la justicia social.

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