Por Nicanor León Cotayo
Pequeños grupos anclados en Miami, como «plantados», Asamblea de la
Resistencia y Directorio Democrático, objetaron la supuesta invitación
de la Subsecretaria de Estado.Fanáticos de origen cubano rechazaron allí un supuesto encuentro con la Subsecretaria de Estado.
Ella, como es sabido, hace poco representó a Washington durante la
primera reunión en La Habana para normalizar los lazos diplomáticos.Se trata de la señora Jacobson, a cargo de América Latina y una funcionaria de pensamiento «duro».
De acuerdo al sitio MiamiDiario, está en una gira por esa localidad para reunirse con personal del Comando Sur de Estados Unidos, diplomáticos y otros.
Su agenda también contempla, añadió la publicación digital, hablar con integrantes de la comunidad cubano-estadounidense.
La misma fuente y otros medios puntualizaron que «estos encuentros no han sido confirmados por el Departamento de Estado».
Sin embargo, el llamado «exilio histórico» de origen cubano rechazó cualquier tipo de encuentro con la subsecretaria Jacobson.
Fue así que pequeños grupos anclados en Miami, como «plantados»,
Asamblea de la Resistencia y Directorio Democrático, objetaron la
supuesta invitación.
¿Su argumento? No aprobar la nueva política hacia Cuba que Obama anunció el 17 de diciembre pasado.
El jefe de la anémica Asamblea de la Resistencia, Orlando Gutiérrez, formuló un torpe y significativo pronunciamiento.
Comenzó diciendo «no sé mucho» de la reunión, y lo único que voy a decir es que yo no voy y la Resistencia tampoco va.
Además, hubo declaraciones de la periodista Ninoska Pérez Castellón, una
de las voces más estridentes y grotescas de aquel «exilio».
¿Cuál fue ahora su aporte? Valorar como un simple control de daños la eventual reunión con la Subsecretaria de Estado.
Antes, Jacobson había ofrecido tres entrevistas a medios locales: Mega TV, Mira TV y América TV, grabadas el martes.
La semana pasada se presentó ante el Congreso a fin de explicar los planes para normalizar las relaciones con Cuba.
Allí protagonizó tirantes diálogos con tres legisladores «ultras»: Ileana Ros-Lehtinen, Marco Rubio y Bob Menéndez.
Cuando Jacobson llegó ahora a Miami, concedió entrevistas al Canal
América Tevé y a MiraTV, dos televisoras con audiencias mayoritariamente
cubanas.
Defendió que el diálogo bilateral «merece la pena», con el fin de llevar
la «libertad y los derechos humanos» al pueblo cubano, afirmación, por
cierto, nada diplomática.
Avanzó que las nuevas conversaciones serán este mes y abordarán la
posibilidad de abrir una embajada en La Habana «tan rápido como sea
posible».
El objetivo de Estados Unidos es, comentaron observadores, asegurar que
su embajada opere de forma «normal», equivalente a decir que sus
diplomáticos viajen a todas partes y hablen con todas las personas.
EFE completó su verdadero propósito, al escribir «en alusión a la oposición interna».
Las cartas se van colocando sobre la mesa a manera de una avisada guerra
de ajedrez, no comprensible para ingenuos ni desinformados.
A la vez, y como otro ángulo del tablero, Miami viste sus mejores oropeles para exhibir a lo que resta de sus gorilas sin bozal.
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